Para empezar, habría que decir que al menos 50 países en desarrollo utilizan el mercurio. Para empezar habría que decir, también, que Venezuela suscribió los convenios de Estocolmo, de Basilia y de Róterdam, sobre las regulaciones del uso de ese elemento químico.
Fue ese uno de los puntos de partida de la ponencia de Nereida Carrión, médica del Centro de Química Analítica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela en esta edición de Guayana Sustentable.
¿Para qué? Para recordar, primeramente, que el mercurio no debe satanizarse por ser mercurio. Sí, en cambio, cuando se utiliza de manera irresponsable y sin control. Como en Venezuela. Como en el estado Bolívar.
El mercurio, puede decirse, acompaña la vida de los habitantes de la región, de acuerdo con Carrión, especialmente los de las zonas mineras del sur. Un estudio de sus estudiantes, por ejemplo, determinó que el aire y los pisos de las escuelas de El Callao hay residuos de él.
¿Otro ejemplo? Cómo no: el río Yuruari, cuyas “aguas y sedimentos contienen mercurio, justamente donde está la planta de tratamiento”.
Las consecuencias del uso del mercurio han llegado a la Ciudad Guayana que hoy en día no es ni tan sustentable: “Se ve muchos en los odontólogos de Puerto Ordaz, que utilizan el mercurio en su trabajo. Pero, ¿cómo se justifica que los de aquí tengan más niveles que los de Margarita, por ejemplo, de donde también hay estudios? A la vez, esos odontólogos de Puerto Ordaz tienen menos, mucho menos mercurio que los mineros”, detalló.
Las consecuencias son múltiples. Y a veces, irreversibles, según lo que explicó Gladys Venegas, coinvestigadora en el proyecto Centro de diagnóstico de contaminación mercurial, financiado del Fondo Nacional para la Investigación y Tecnología de la Facultad de Farmacia de la UCV.
Taquicardia. Gingivitis. Timidez. Nerviosismo. Insomnio. Mareo. Delirio. Toxicidad renal. Y hasta cáncer: la variedad es amplia. Muchas de estas consecuencias pueden ser irreversibles. ¿Todo por qué? Por el uso indiscriminado del mercurio con la permisividad del gobierno de Nicolás Maduro.